La Pérdida

Gods Armageddon #2

Grecia, 300,000 años antes del Cristianismo.

Estructuras preciosas de cuarzo se aprecian y una risa malévola hace eco en este templo, es Ares que recién había hecho un escándalo en Aztlán. Mientras un hombre de cabello chino y una barba imponente le pregunta seriamente, ‘’ ¿Dónde estabas?’’.

Ares le responde: Lo siento Padre, esta mañana me ausenté por una pequeña batalla. –Quitando su sonrisa-

Es Zeus, dios del cielo, el trueno y la energía eléctrica.

Zeus: ¿Y dónde estabas? Te necesitaba hace pocas horas.

Ares: El destino me llevo a una ciudad a muchos kilómetros lejos de aquí…

Zeus: ¿A qué ciudad? ¿Atenas, Mileto?

Ares: No… Era una ciudad más allá del mar, cruzando el horizonte.

Zeus: Imposible, tú me quieres ver la cara ¿No?

Ares: No Padre, cruzaba los mares y lo que creíamos que era el límite del mundo…

Zeus: Bueno… No te preocupes por eso, lo veremos con tu hermano Hefesto.

Ares: Él no es mi hermano, pero, padre, hubiera creído que era un simple error de cartografía como haces creer, hasta que descubrí que habían más creencias, más aparte del registrado en el libro… Y descubrí que había toda una familia de dioses más… No conectada con la nuestra ¿Me puedes explicar eso?, padre.

Zeus: ¡Ares! ¿Qué estás diciendo?

Ares: Pues que me crees tonto.

Zeus: ¡Calla niño insolente! No soportaré tus berrinches

Ares: ¿En serio? Por qué no se si al Olimpo le guste saber que los haz estado engañando con creer ser los dioses supremos.

Zeus: ¡Protejo a mi familia!

Ares: No parecía igual cuando tuviste de hijo a Heracles con Alcmena

Zeus toma el aire y decide convocar a todo el Olimpo.

Una señal transmitida por 10 millones de kilómetros en la superficie para llamar a 7 grandes dioses, a los dioses del Olimpo.

Entonces luego de unas horas todos los hermanos del Olimpo se reúnen para un mensaje necesario de parte del dios del cielo, Zeus explica:

´´Sé que todos ustedes tienen cosas importantes por hacer, un rol que cumplir en Grecia pero esto es importante que todos los sepan…

Me siento obligado a contarles que… No somos los únicos dioses en el mundo´´

Hades: Esa es la razón más absurda para sacarme del Tártaro, enterarme por una simple oración que todos sabemos… Las oceánidas, hijos de titanes y seres superiores… Son dioses que todos conocemos. ¿¡ESA ES LA RAZÓN DEL CAOS EN EL TÁRTARO!?

Zeus: Hermano, tu furia no está justificada… Yo me refiero a fuera de Grecia, de los límites del Atlas

Hades calla mientras Ares, desde el inicio de la plática escuchaba atentamente.

Hera: Si tan solo pararas ante tus amoríos, ¿Esos dioses son producto de tus gustos?

Zeus: ¿Podrían todos callar? Ni me han dejado explicar a lo que me refiero. Yo les digo, que todos los hijos de Caos, las deidades primordiales, no son los que conocemos. Hay más de ellos… Caos fue llamado dios de la creación en una lejana cultura que fue de las iniciales… Nuestros humanos no son los únicos en haber sido creados…

Deméter: ¿Cómo lo supiste hermano?

Poseidón: ¿En serio Deméter? ¿Es lo único que puedes preguntar? He recorrido todos los mares del mundo, no he llegado a ver otros dioses en alguna playa.

Zeus: Si, por que tú reino marino llega hasta los confines del mundo de Atlas. Es imposible que llegarás ahí… En realidad esto sucede en un reino lejano de la petrificación de Atlas, en la tierra lejana… Y, Deméter, esto lo sé desde mi venganza contra Cronos, con mis nuevos conocimientos no arriesgaría a mis hermanos y a nuestro nuevo reino… Quería –

Antes de que Zeus terminara su oración llegó Hermes con su velocidad a dar una terrible noticia.

Hermes: ¡Reyes del Olimpo! ¡Estamos en una batalla!

Ares: ¡¿Qué?!

Hermes: Un hombre con fuerzas mayores está superando a los titanes guardianes del monte.

Ares: No habrá de ser un dios oculto, padre.

Zeus: Cuidado con lo que dices, Ares.

Ares sale corriendo fuera del Templo a ver qué sucede pero se detiene sorprendido.

Es un hombre alto como Ares, pero con ojos completamente negros y piel azulada. Este tiene atrapado con su brazo a Eros, rodeando por completo su cuello en forma amenazante. Eros, dios del amor e hijo de Ares.

Está a una distancia aproximada de 4 metros alejado del hombre.

Ares: ¡No puede ser! Hijo del dios de la guerra y no sirves para ¡Nada!, Eros.

Misterioso Hombre: ¿Dios de la guerra? Mi hermano no mentía. ¿Qué eres realmente? Porque yo soy el dios de la guerra… Huitzilopochtli ‘’Colibrí Zurdo’’.

Ares: ¿Colibrí Zurdo? ¿2 dioses de la guerra? Esto se ve interesante… ¡Mi nombre es Ares!

Huitzilopochtli: Lo sé, mi hermano te describió y lo dijo. ¿Cómo nunca había llegado a este lugar? No me imaginaba que La Tierra estaba dividida en 2…

Ares: ¡Suelta a mi hijo!

Huitzilopochtli lo deja y lo empuja hacía Ares.

El resto del Olimpo sale y ve la situación.

Zeus: ¿Acaso eres un dios?

Huitzilopochtli: Si, por supuesto. ¿Y ustedes?

Zeus: Pues, nosotros también. Necesito darte una explicación larga, al igual que a tu familia.

Huitzilopochtli: No lo creo, este sujeto –Apuntando a Ares– hizo un caos en mi ciudad. Destruyo un centro ceremonial y ataco a mi hermano.

Zeus: Pues, mi hijo no es una persona muy sociable. Es alguien muy violento. Pero eso no debe hacer una barrera entre nosotros. Creo que podríamos entablar una relación entre mundos.

Huitzilopochtli: Como había dicho. La primera impresión lo es todo, y en la guerra, si me atacas, yo te ataco.

Huitzilopochtli corre rápidamente hacía Ares y empieza una pelea cuerpo a cuerpo. El dios azteca demuestra tener habilidades sobrenaturales como súper fuerza, reflejos súper rápidos, saltar 2 metros de altura y escudos de energía. Mientras Ares es más táctico y cuenta con habilidades de guerrero Romano. Sin embargo Zeus ordena rápidamente a Atenea, hermana de Ares y deidad de la guerra como su hermano, a entrar en la batalla. Por lo que se convierte en una pelea 2 contra 1.

Zeus: ¡¿No pueden detener a un solo hombre?! ¡INUTILES!… ¡HEFESTO!, Ve y ataca con una espada.

Hefesto, hijo de Zeus y dios de la forja y el fuego, se acerca con una espada ardiente hacía Huitzilopochtli. Hefesto intenta atravesar el pecho de Huitzilopochtli con esta, ya que es de las armas más poderosas de toda Roma. Puede quemar a 100 hombres en pocos segundos. Pero al intentar cortar la piel de Huitzilopochtli no le hace nada. Ni le atraviesa la piel ni lo quema. Aquí Hefesto termina de comprender que no es una lucha normal.

Hefesto al fallar en su táctica: ¡¿QUÉ?! No es posible, ¡Es el arma más poderosa de Roma!

La batalla cuerpo a cuerpo continúa mientras El Olimpo lo ve.

Huitzilopochtli: ¡Vaya!, ¡Vaya!, me estoy empezando a cansar pero… -toma aire… no seguiré peleando más, fue entretenido pero no me desviare de mi objetivo.

El dios azteca de una patada derriba a los demás dioses demostrando que durante la batalla siempre tuvo la ventaja. El dios sujeta a Hefesto y empieza volar en dirección al cielo llevándose al dios.

Zeus: ¡No puede ser! –Zeus empieza a volar siguiendo a Huitzilopochtli

Los dioses salen de la atmosfera terrestre.

Zeus: ¡No llegarás tan lejos!

Huitzilopochtli: ¿Enserio? Porque ya vencí a tus hijos –riendo-

Zeus de su muñeca lanza un rayo que golpea a Huitzilopochtli haciendo que pierda su estabilidad.

Huitzilopochtli: ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡Si no estamos en la tierra!

Zeus: ¡No llegarás tan lejos te digo!

Huitzilopochtli retoma su vuelo y misteriosamente se abre una especie de animal gigante por al cual Huitzilopochtli entra a su boca y este animal desaparece.

Continuará…

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